¨LA GESTION DEL AULA¨
Gary A. Davis
Margaret A. Thomas
La clave de una buena disciplina esta en la prevención de conductas inadecuadas, y cuando estas se producen, en abordarlas inmediatamente, con la máxima discreción, y antes de que aumenten o se intensifiquen.
Muchas de las veces como futuros maestros tenemos demasiados miedos y temores, que reflejamos en el aula, y no encontramos la manera de influenciar de manera correcta en los alumnos, logrando buenas calificaciones.
Debemos de buscar la manera para que el niño se autodisciplina, encuentre el interés en lo que hace y por ende también prenda.
A veces no resulta casi imposible enfrentarse a tantos caracteres y actitudes, pero desde un principio debemos establecer normas y permitir que los niños elaboren su propio reglamento para que ellos entiendan el concepto de responsabilidad y compromiso, es así como el niño aprende, participando en las decisiones y con explicaciones lógicas.
Es necesario de antemano y como lo hemos visto anteriormente establecer un ambiente de trabajo sano y agradable, tratar de controlar o eliminar las conductas inapropiadas; pero no todo depende del alumno, pues en el proceso intervienen diferentes partes, es responsabilidad de nosotros como maestros hacer lo mejor posible, y esto solo se logra teniendo como base la vocación, llevar material y planificaciones significativas para el alumno, mantener ocupado al niño, que sepan que hacer y como comportarse después de concluir un trabajo.
Si bien es cierto que debemos aplicar la disciplina en el salón, debemos ser conscientes que seria injusto recurrir al castigo sin antes intentar con otra estrategia, por ejemplo usar el humor o algunas amenazas, pero nunca dañar la integridad del alumno y usar la humillación como pretexto de venganza por desobedecer.
Un maestro debe cumplir con varias tareas a la vez, entendido como encabalgamiento, podemos atender a un grupo con determinada tarea y estar al pendiente del otro, sin perder el objetivo en la actividad.
Los profesores que “dominan y controlan” lo harán con los alumnos cuya conducta sea parte de las normas aceptadas y detendrán de inmediato el comportamiento irregular, dirigiendo de nuevo a los alumnos hacia las actividades que corresp0ndan.
Saber como y cuando intervenir es una de las claves para el trabajo exitoso y armonioso, podemos recurrir a la mirada fija hasta que entiende el mensaje, acercarse al alumno que se esta comportando mal, usar los gestos por ejemplo llevarse el dedo a los labios, nombrar en voz alta al alumno.
Si bien es cierto que no hay recetas para ser un buen maestro, esta lectura es un ejemplo de lo que nos puede llevar a ser alguien que marque significativamente a los alumnos, siento que será de gran utilidad en las próximas prácticas
Muchas de las veces como futuros maestros tenemos demasiados miedos y temores, que reflejamos en el aula, y no encontramos la manera de influenciar de manera correcta en los alumnos, logrando buenas calificaciones.
Debemos de buscar la manera para que el niño se autodisciplina, encuentre el interés en lo que hace y por ende también prenda.
A veces no resulta casi imposible enfrentarse a tantos caracteres y actitudes, pero desde un principio debemos establecer normas y permitir que los niños elaboren su propio reglamento para que ellos entiendan el concepto de responsabilidad y compromiso, es así como el niño aprende, participando en las decisiones y con explicaciones lógicas.
Es necesario de antemano y como lo hemos visto anteriormente establecer un ambiente de trabajo sano y agradable, tratar de controlar o eliminar las conductas inapropiadas; pero no todo depende del alumno, pues en el proceso intervienen diferentes partes, es responsabilidad de nosotros como maestros hacer lo mejor posible, y esto solo se logra teniendo como base la vocación, llevar material y planificaciones significativas para el alumno, mantener ocupado al niño, que sepan que hacer y como comportarse después de concluir un trabajo.
Si bien es cierto que debemos aplicar la disciplina en el salón, debemos ser conscientes que seria injusto recurrir al castigo sin antes intentar con otra estrategia, por ejemplo usar el humor o algunas amenazas, pero nunca dañar la integridad del alumno y usar la humillación como pretexto de venganza por desobedecer.
Un maestro debe cumplir con varias tareas a la vez, entendido como encabalgamiento, podemos atender a un grupo con determinada tarea y estar al pendiente del otro, sin perder el objetivo en la actividad.
Los profesores que “dominan y controlan” lo harán con los alumnos cuya conducta sea parte de las normas aceptadas y detendrán de inmediato el comportamiento irregular, dirigiendo de nuevo a los alumnos hacia las actividades que corresp0ndan.
Saber como y cuando intervenir es una de las claves para el trabajo exitoso y armonioso, podemos recurrir a la mirada fija hasta que entiende el mensaje, acercarse al alumno que se esta comportando mal, usar los gestos por ejemplo llevarse el dedo a los labios, nombrar en voz alta al alumno.
Si bien es cierto que no hay recetas para ser un buen maestro, esta lectura es un ejemplo de lo que nos puede llevar a ser alguien que marque significativamente a los alumnos, siento que será de gran utilidad en las próximas prácticas
"La educación es la preparación a la vida completa."